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viernes, 16 de septiembre de 2011

Averias

Como siempre se dice, no hay mal que por bien no venga.
Ayer tuve que ir al hospital por molestias de una mano (que no es nada grave ehh ). Bueno, después de estar un buen rato en la sala de espera, viene el medico a buscarme y vamos a la consulta.
Nos sentamos y mi sorpresa cuando le veo los brazos! sonreí  :)
Vienen las preguntas rutinarias, "estas tomando algo", "alguna alergia" y... "tienes alguna enfermedad grave" a lo que le respondí, "la misma que tu, si consideras que es grave". Bueno pues ahí estuvimos de charleta un rato sin preocuparnos de la mano ninguno. Preguntándome que tratamiento estoy siguiendo, si no me doy los baños de brea, que tal lo llevo etc. Y luego el me estuvo contando que esta de rebrote, que la mendicación le estaba produciendo perdida de cabello, que es el segundo caso en vitoria, no es nada común, y claro, al dejarlo por la caída de cabello recayó. Al final al verse otra vez así decidió que prefería quedarse calvo.
Me estuvo explicando temas de medicamentos y asi (que yo apenas ni enterarme de lo que decía).
Estuvimos muy agusto hablando, ya que el empezó que si es una enfermedad que nos hace interesantes porque todo el mundo nos mira, que si preguntan responden y sino tienes un mal día que estas hasta las narices les dices "toca toca que es lepra", me reí muchisimo, también le dije lo que e dicho mas de una vez, que al final lo pasan peor ellos que nosotros, que se acaban dando cuenta que eso les pasa por meterse donde no les llaman. Ya os digo que igual estuvimos 20 minutos hablando de la pso y 5 mirando mi mano.

Sigo diciendo, que lo que mejor nos viene para la pso es hablar de ella, y mas, si es entre pacientes por sacarle el lado positivo, irónico y quitarle hierro a algo que nos hace o a hecho sentir en algún momento de nuestra vida menos que los demás, cuando realmente nosotros tenemos el poder.

1 comentario:

  1. Estoy contigo, lo mejor es hablar de ella sin darle más importancia de la que tiene. Ante cualquier enfermedad es difícil ponerte en el lugar del otro pero lo peor es que nadie entienda el sufrimiento. Estoy impaciente por hacer cosas que mejoren nuestra vida porque sé que además de hablar podemos ayudarnos con cosas que no tienen por qué ser tratamientos químicos. Nos veremos en la quedada de septiembre, que igual pasa a ser octubre pero da igual, el caso es que quedaremos para dar guerra.

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